Por: Ángel Fernando Luna [Sociedad Gnóstica SAW]

Es esta carta, un testimonio sobre lo que ha sido mi propia experiencia y es por tanto mi propia vida en la enseñanza gnóstica.


Me he preguntado de que serviría contestar a las difamaciones o responder a quienes por alguna causa fracasaron o simplemente no comprendieron este camino, no es a ellos a quienes me dirijo si no a quienes por el contrario pueden sentir debilitarse su entusiasmo, o decaer un poco su ánimo al entrar en internet y ver tanta animadversión, rencor, maledicencia o han sufrido criticas malintencionadas o ataques de desprecio etc.


Recuerdo aquel día, como si fuese hoy, esta misma tarde, cuando llegue invitado por un amigo, (siempre hay un amigo) a la primera reunión, conferencia, platica que un misionero gnóstico daba esa tarde, había dejado a tras su país, su familia sus amigos su vida, cosas que sabría mas tarde, y allí estaba de pie hablando, impartiendo la enseñanza, uno no es consciente hasta mucho tiempo después lo trascendental de ese momento, mucha gente como yo fue y ya no está, algunos estuvieron por muchos años y fueron grandes amigos hoy no están, si hago un esfuerzo por recordar, puedo acordarme de más de cien personas que entraron cuando yo entre, por aquellos tiempos del 1976-77 y hoy no están.


Algunas personas de aquellos tiempos los he vuelto a ver, y hay de todo, los que se han vuelto terribles enemigos y arrojan las culpas de todo lo que les sucede en sus vidas a la gnosis, los que simplemente ignoran su paso por la gnosis y los que conservan un gran recuerdo pero se avergüenzan y no quieren ni hablar de ello, no se paran ni a saludarte si te los encuentras por la calle, darán la vuelta a la cara y disimularan que no te han visto.


Sentí una gran tristeza y dolor cuando aquel que era un amigo de muchos años en la gnosis que habíamos compartido tantas cosas en el grupo, me ataco verbalmente, después de muchos años sin vernos, al verme un día por una calle de Madrid, por mi persistencia en la enseñanza, me critico el seguir en estos estudios aludiendo a que estaba engañando a la gente y otras cosas que no reproduciré aquí. Pensé… cuánto odio acumulado contra la gnosis. ¿Por qué? El había estado como misionero por años en un lugar, donde las cosas no le fueron como él se esperaba. Sufrió mucho porque se vio sin nada, había dejado familia, casa, un buen trabajo, nadie se lo había pedido, él lo hacía por propia voluntad para vivir la experiencia de la misión, más las cosas no resultaron como él esperaba, Dios, el Ser, el V.M.Samael, no vinieron a resolverle la vida, él esperaba el milagro, mas el milagro no sucedió. Después de años resolvió abandonar y volver a su antigua vida, pero se llevo la amargura del fracaso y la culpa a la gnosis de esos años perdidos.


En mi caso y el de otros hermanos en la enseñanza siendo parecido, porque todos, todos, no conozco a ningún compañero que no haya hecho grandes sacrificios para estar en la misión, no desistimos, no abandonamos, por más que las cosas fueron difíciles, por más que los ataques de familiares, padres, hermanos, o de amigos o de enemigos con piel de cordero hiciesen por alejarnos de este camino, porque es verdad lo que aquel misionero dijo aquel día que entre por primera vez en la enseñanza “Este es un camino donde se viene a dar, a servir, quien no vive para servir no sirve para vivir”.


Hoy no pasa un día en que no de gracias por haber recibido esta enseñanza, Me siento feliz cada vez que hablo a las personas que quieren venir al grupo, es una alegría el poder servir, hay quien valora el trabajo de las ONG. Y yo siempre he pensado que no hay mayor ayuda a las gentes que reciban la enseñanza, aquello que les puede hacer salir definitivamente de su estado, Aquello que nuestro querido Maestro Samael nos entregó a costa de su sufrimiento de su trabajo, y sentir la alegría que yo siento.