La Gnosis vuelve hoy a ser atacada, desprestigiada y perseguida como lo ha sido siempre a lo largo de la historia.
Pero los inquisidores de hoy han cambiado el látigo, el potro de tortura y la hoguera por las calumnias, las mentiras y las palabras envenenadas vertidas a raudales en un foro de internet.
¿Quién se esconde detrás de lagnosisdevelada.com? Aquí está la respuesta:
- Personas divorciadas de la ética y de las buenas costumbres dedicadas al chisme y la crítica que utilizan un lenguaje que muchas veces traspasa los cánones de la vulgaridad.
- Personas sin escrúpulos que no tienen el más mínimo respeto a algo muy íntimo y sagrado en el ser humano: sus convicciones y creencias.
- Personas que invierten horas y horas de su vida en desacreditar a cualquier precio a la Gnosis, sin conocer los fundamentos psicológicos, espirituales y ontológicos de esa enseñanza.
- Personas que enarbolan la bandera de la libertad mientras escupen en las ideas y creencias de los demás porque según ellos están en el derecho de poder hacerlo.
- Personas que se mofan de una orden judicial que les obliga a cerrar su foro y a pagar una cuantiosa multa por las injurias que en ese foro vierten (y se mofan por el hecho de que el juez dictó esa orden en Brasil y el foro está alojado en un servidor de USA). [Véase la orden].
- Personas que son amables con el prójimo cuando este es de su misma opinión, mas violentos e intransigentes con aquellos que tienen planteamientos diferentes.
- Personas obsesionadas en alejarse del conocimiento gnóstico pero también en tratar de alejar a todo el mundo de él, sin tener en cuenta el libre albedrío de cada quien y despreciando las palabras del Cristo, cuando dijo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; y ni vosotros entráis, ni a los que están entrando dejáis entrar”.
- Personas que no han comprendido que enseñar a pensar es de espíritus nobles, pero imponer qué hay que pensar es de espíritus mediocres.
No nos importan sus nombres. Escrito está que al árbol se le conoce por sus frutos, y al hombre por sus obras. Y es por sus obras que ya los conocemos…