Por: Rafael Pérez-Caballero [AGEAC]


Es muy interesante saber lo que la enseñanza gnóstica habla de la familia. En estos tiempos de crisis y bancarrota de todos los principios éticos, morales, sociales y familiares, ¿qué enseña la Gnosis en relación con este tema?


Hoy día en que se tambalean todas las instituciones, donde se pone en cuestión la familia, donde en los países «desarrollados» los niños son llevados casi desde que nacen a guarderías en las que pasan todo el día porque los padres trabajan y no tienen tiempo para estar con ellos, ¿qué nos dice la Gnosis de todo esto?


Hoy que se habla tanto de los peligros de algunas sectas que captan a miembros y los separan de sus familias e incluso los ponen en contra de sus familias, ¿qué nos dice la Gnosis sobre estas actitudes en relación con el camino de la Autorrealización? ¿Podría alguien progresar espiritualmente odiando a su padre, a su madre o a sus hermanos?


Cuántas interesantes preguntas, cuán importante es este tema y qué poca importancia se le da. Sucede que a veces, cuando buscamos el camino a la Divinidad, pensamos en grandes técnicas de meditación, en lejanos viajes en busca de lo místico, en prácticas alquímicas, etc., etc., y nos olvidamos de cosas básicas y fundamentales como, por ejemplo, «ser buenos dueños de casa». Es decir, queremos empezar a construir la casa por el tejado… y esto acaba llevándonos al fracaso.


A una pregunta de sus discípulos sobre este tema, el V.M. Samael Aun Weor respondió:


Es claro que para poder hollar la Senda que lo ha de conducir a uno a la transformación Íntima del Ser se necesita antes que todo ser uno un BUEN DUEÑO DE CASA, cumplir uno con sus deberes para con la esposa, para con los hijos, para con los suyos.
Si uno no es un Buen Dueño de Casa no puede en forma alguna dedicarse de verdad a un trabajo esotérico superlativo del Ser. He conocido a muchos que deseaban hollar la Senda y que creían que iban muy bien, pero su vida doméstica incuestionablemente resultaba desastrosa, desordenada. Es claro que esa clase de gente fracasa.
El trabajo esotérico sobre uno mismo requiere ser –como ya dije– primero que todo un Buen Dueño de Casa.
Segundo, ser uno una persona decente, culta, no un lunático. Se necesita que exista en uno un verdadero equilibrio social y económico. Solo así verdaderamente se está preparado para el trabajo sobre uno mismo.

Pero el delito gusta de disfrazarse con muchos ropajes. Hay malos hijos en el mundo que están trabajando sobre sí mismos queriendo llegar a la Autorrealización del Ser; hay malas esposas que están trabajando sobre sí mismas y que quieren la Liberación; hay malos maridos que se creen perfectos pero que son monstruosos, y sin embargo están trabajando sobre sí mismos, se proponen llegar a la Liberación, y anhelan. Toda esa clase de gentes así ¡fracasan! De nada sirve que nos disfracemos, porque el fracaso es fracaso.


Así que bien vale la pena reflexionar un poco en todas estas cuestiones. Si alguien es un Buen Dueño de Casa, un buen hijo, un buen hermano, un buen padre, una buena madre, un buen ciudadano, si es una persona decente, está preparada para el trabajo interior sobre sí misma.

Conferencia «Puntualizaciones sobre el trabajo esotérico», El Quinto Evangelio.

Vemos, pues, la importancia que da la Gnosis a que seamos buenos padres, madres, hijos, hijas, hermanos y hermanas. Si no lo somos debemos empezar por ahí, porque si no lo que hagamos no llevará a ningún sitio, nos estaremos autoengañando.


En verdad para los gnósticos la familia y el hogar tienen una importancia fundamental en el desarrollo interior, en el progreso interior. Jamás en la Gnosis nos pronunciaremos en contra de la familia, porque esto sería un absurdo, una equivocación, un fracaso. Jamás aconsejaremos nosotros a nadie que abandone su familia, a sus padres, hijos, marido o esposa. De hecho todo comienza por el hogar; venimos al mundo, y el que tengamos un buen hogar con armonía y amor, o todo lo contario, marcará en gran manera el desarrollo de nuestra vida.


En relación a la importancia que el hogar tiene para el desarrollo equilibrado de la personalidad del niño y la niña nos dice el V.M. Samael Aun Weor:


El ambiente de familia, la vida de la calle y la escuela dan a la personalidad humana su tinte original característico. El ejemplo de los mayores es definitivo para la personalidad infantil. El niño aprende más con el ejemplo que con el precepto. La forma equivocada de vivir, el ejemplo absurdo, las costumbres degeneradas de los mayores, dan a la personalidad del niño ese tinte peculiar escéptico y perverso de la época en que vivimos.
En estos tiempos modernos el adulterio se ha vuelto más común que la papa y la cebolla, y como es apenas lógico esto origina escenas dantescas dentro de los hogares.
Son muchos los niños que por estos tiempos tienen que soportar llenos de dolor y resentimientos los látigos y palos del padrastro o de la madrastra. Es claro que en esa forma la personalidad del niño se desarrolla dentro del marco del dolor, el rencor y el odio. Existe un dicho vulgar que dice: "El hijo ajeno huele a feo en todas partes". Naturalmente en esto también hay excepciones pero estas se pueden contar con los dedos de la mano y sobran dedos.
Los altercados entre el padre y la madre por cuestión de celos, el llanto y los lamentos de la madre afligida o del marido oprimido, arruinado y desesperado, dejan en la personalidad del niño una marca indeleble de profundo dolor y melancolía que jamás se olvida durante toda la vida.
Desde que se inventó la televisión se ha perdido la unidad de la familia. En otros tiempos el hombre llegaba de la calle y era recibido por su mujer con mucha alegría. Hoy en día ya la mujer no sale a recibir a su marido a la puerta porque está ocupada viendo televisión. Dentro de los hogares modernos el padre, la madre, los hijos, las hijas, parecen autómatas inconscientes ante la pantalla de televisión.

Los niños levantados en este nuevo tipo de hogar ultramoderno solo piensan en cañones, pistolas, ametralladoras de juguete para imitar y vivir a su modo todas las escenas dantescas del crimen tal como las han visto en la pantalla de televisión. Es lástima que este invento maravilloso de la televisión sea utilizado con propósitos destructivos.

Si la humanidad utilizara este invento en forma dignificante, ya para estudiar las ciencias naturales, ya para enseñar el verdadero arte regio de la Madre Natura, ya para dar sublimes enseñanzas a las gentes, entonces este invento sería una bendición para la humanidad, podría utilizarse inteligentemente para cultivar la personalidad humana.

Es a todas luces absurdo nutrir la personalidad infantil con música arrítmica, inarmónica, vulgar. Es estúpido nutrir la personalidad de los niños con cuentos de ladrones y policías, escenas de vicio y prostitución, dramas de adulterio, pornografía, etc. El resultado de semejante proceder lo podemos ver en los rebeldes sin causa, los asesinos prematuros, etc.
Es lamentable que las madres azoten a sus niños, les den de palos, los insulten con vocablos descompuestos y crueles. El resultado de semejante conducta es el resentimiento, el odio, la pérdida del amor, etc. En la práctica hemos podido ver que los niños levantados entre palos, látigos y gritos se convierten en personas vulgares llenas de patanerías y faltas de todo sentido de respeto y veneración.
Es urgente comprender la necesidad de establecer un verdadero equilibrio dentro de los hogares. Es indispensable saber que la dulzura y la severidad deben equilibrarse mutuamente en los dos platillos de la balanza de la justicia.
EL padre representa la severidad, la madre representa la dulzura. El padre personifica la sabiduría, la madre simboliza el amor.
Sabiduría y amor, severidad y dulzura se equilibran mutuamente en los dos platillos de la balanza cósmica. Los padres y madres de familia deben equilibrarse mutuamente para bien de los hogares.
Es urgente, es necesario, que todos los padres y madres de familia comprendan la necesidad de sembrar en la mente infantil los valores eternos del Espíritu.

Educación Fundamental.

Así, pues, el hogar es algo fundamental para el desarrollo armonioso de la personalidad del niño y la niña. Es fácil comprender entonces que una vez que crecemos y formamos nuestro hogar, este será el mejor ambiente para desarrollarnos también como buenos ciudadanos. Dice el V.M. Samael:


Hay que empezar por el hogar, hay que empezar por ser BUEN DUEÑO DE CASA; el hombre que no sabe ser Buen Dueño de Casa, que no sabe vivir en su casa con su mujer y con sus hijos, tampoco sabe vivir con la sociedad.
Desgraciadamente muchos quieren ser ciudadanos perfectos, y aparecen como tales ante el veredicto solemne de la conciencia pública, mas en su casa no saben vivir.
He podido observar algunas organizaciones; conozco una: el señor malbarata mucho sus dineros, los derrocha. Total, siempre está debiendo la renta, y esto es algo muy triste; siempre debe, le debe a todo el mundo, no paga porque no tiene; cuando llega a tener malgasta los dineros. Su mujer pasa mucha hambre, muchas necesidades, sus hijos sufren lo indecible; alguna vez se les ha puesto de patitas en la calle (por falta de pago, claro está).
Se le nombró en alguna ocasión Director de una escuela filosófica; al poco tiempo sucedió que en esa escuela no había quien pagara la renta; se debían varios meses de renta del edificio ¿Teléfono? Nadie pagaba el teléfono. Conclusión: iba tal organización por el camino del fracaso. ¿Por qué? Porque aquel buen señor no sabía vivir en su casa, mucho menos podía ir a dirigir una organización.
Quien quiera ser en realidad de verdad un buen jefe de alguna organización, sea esta una empresa, sea esta una escuela, debe empezar por aprender a ser Buen Dueño de Casa.
Hay muchos que dicen: “Bueno, a mí lo que me interesa es la ciencia, el arte, la filosofía, etc. Eso de la casa y de las mujeres, eso para mí no tiene la menor importancia”, y trata a su pobre mujer a patadas. Conclusión: resultan un fracaso en las diversas organizaciones donde trabajan, sea en las empresas o sea sencillamente como líderes sindicales o como maestros de escuela, etc. Quien no sabe ser Buen Dueño de Casa tampoco puede ser un ciudadano útil para sus semejantes; hay que aprender a vivir, saber vivir con verdadera inteligencia y gran comprensión.
Amigos, damas, pensemos en todo esto. Es bueno que tratemos de regenerarnos, es bueno que aprendamos a amar, es bueno que nosotros todos comprendamos la necesidad de saber vivir en el hogar.

Conferencia «El Milagro del Amor». El Quinto Evangelio.

Y una vez que hemos visto la importancia del hogar para el desarrollo armonioso de la personalidad durante la infancia, una vez que hemos visto que el hogar es la mejor escuela para poder llegar a ser buenos ciudadanos, pues aunque a algunos les parezca sorprendente, el hogar es también la mejor escuela para prepararnos para el Camino iniciático, para el Camino de la Autorrealización Intima del Ser. Veamos lo que el V.M. Samael responde a una pregunta sobre este tema:


Pregunta: Maestro, ¿querría explicarnos por qué para iniciar el trabajo esotérico sobre nosotros mismo es necesario tener el nivel del Buen Dueño de Casa?
Maestro: Ciertamente el que quiera Autorrealizarse, recorrer con éxito la Senda del Filo de la Navaja, debe empezar por ser Buen Dueño de Casa, saber manejar su hogar con armonía, con belleza, con perfección. Aquellos que en la vida práctica no han sabido organizar un hogar no sirven para el Camino, no pueden jamás Autorrealizarse. He podido observar que muchos que actualmente recorren la Senda y que no han sabido ser Buen Dueño de Casa han resultado ciertamente un manifiesto fracaso.


Así, pues, no nos dejemos confundir por gente malintencionada que afirma que en la Gnosis se quiere aislar al estudiante de la familia o desestructurar a la familia, etc. Muy por el contrario, a todo el que venga a la Gnosis le aconsejamos que empiece por ser un buen padre o madre, un buen hijo o hija, un buen hermano o hermana, que comience por cumplir todos sus deberes en el hogar. Ahí demostrará que está preparado para empresas más elevadas, para empresas espirituales, para entrar por el camino de la Psicología revolucionaria, por el camino de la Revolución de la Conciencia.


Y una vez que uno cumpla con sus deberes en el hogar, si desea la Autorrealización íntima del Ser, pues deberá también cumplir con las Leyes Divinas como se han enseñado siempre en todas las Escuelas de Misterios, en los orígenes de todas las religiones, y como se enseña hoy en la Gnosis, empezando por el primer mandamiento de la Ley de Dios, que dice «Amarás a Dios por encima de todas las cosas». Y entrar por este Camino es lo realmente difícil en la sociedad actual terriblemente materialista y ateísta, ya que la persona será incomprendida, tachada de loca o fanática, o cosas peores.


Desgraciadamente «hoy en día a los padres de familia y a los maestros lo único que les interesa es que los alumnos y alumnas hagan una carrera, que se vuelvan médicos, abogados, ingenieros, empleadas de oficina, es decir, autómatas vivientes, y que luego se casen y se conviertan además en máquinas de hacer bebés, y eso es todo.
Cuando los muchachos o muchachas quieren hacer algo nuevo, algo distinto, cuando sienten la necesidad de salirse de ese armazón, prejuicios, hábitos anticuados, disciplinas, tradiciones de familia o nación, etc., entonces los padres de familia aprietan más los grilletes de la prisión y dicen al muchacho o a la muchacha: ¡No hagáis eso! No estamos dispuestos a apoyarte en eso, esas cosas son locuras, etc., etc., etc. Total el muchacho o la muchacha está formalmente preso dentro de la cárcel de las disciplinas, tradiciones, costumbres anticuadas, ideas decrépitas, etc.

Por eso el gran Maestro de Maestros, Jesús el Cristo, dijo: «Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan». (Mt 7, 13-15)


Y para terminar este articulo sobre la visión gnóstica de la familia nada mejor que demostrar lo que estamos diciendo con el ejemplo. Las citas que hemos incluido están tomadas del padre de la Gnosis contemporánea, el V.M. Samael Aun Weor, pero ¿predicaba él con el ejemplo? ¿Cómo fue la vida familiar del Maestro Samael? ¿Era él un buen dueño de casa?


El Maestro Samael contrajo matrimonio en Colombia con Doña Arnolda Garro, y el matrimonio tuvo cuatro hijos: dos niños, Horus y Osiris, y dos niñas, Isis e Hypatía. Tanto sus hijos como las personas que lo conocieron cuentan que a pesar de sus múltiples obligaciones, el Maestro nunca se desentendió de su deber de padre, al contrario, siempre tenía tiempo para sus hijos, siendo él mismo quien los instruyó durante los primeros años de su infancia.


Comencemos con una anécdota de un discípulo del Maestro:


El Maestro Samael siempre supo cumplir ejemplarmente sus deberes de padre y jefe de familia. Dio a todos sus hijos la educación que ellos quisieron sin nunca faltarles nada en casa a pesar de la vida franciscana que llevaba. No tenía preferencia por ninguno de los hijos.
En cierta ocasión, cuando robaron el carro de su hijo Osiris, el Maestro, con todo su amor paterno y gran desapego, expresó:
–¡Toma! Estas llaves son para ti. ¡De ahora en adelante mi coche es tuyo!.

Cuando a su hija Isis Gómez le preguntaron acerca de cómo fue ser hija de un hombre como el Maestro Samael ella contestó:


Hermano, ¿me preguntas cómo fue mi padre? Cuando se convive con una persona como mi padre, que dejó el ejemplo de haber realizado la Gran Obra en sí mismo, se experimenta en esa convivencia la dicha de compartir cada momento con una persona muy diferente a cualquier otra de las que comúnmente conocemos.
Tener el Ego disuelto hace de un Autorrealizado el hecho de llevar ante los ojos de los demás, del ambiente que los rodea, de la misma vida, etc., una actitud muy especial ante los eventos del diario vivir.

El aura de estos seres está inundada del verdadero amor que todos necesitamos para el estímulo de nuestros anhelos de superación espiritual además de la protección que nos ofrece al estar tan cerca de ellos. Cuando fuimos niños tuvimos el inolvidable amor que nos prodigó viviendo la etapa maravillosa de la inocencia unida a la que él había conquistado con su trabajo que han quedado grabadas en lo más profundo de nuestra alma.

A medida que fuimos creciendo siempre tuvimos su apoyo en cualquiera de nuestros problemas a través de sus sabios consejos y orientaciones. Mi padre jamás nos pegó con la correa sino con su corbata. Cuando hacíamos berrinches nos calmaba con mucha dulzura. Nos enseñó a leer y a escribir jugando todos los días con un carrito de dados en la Sierra Nevada de Colombia.

Nos enseñó a salir en cuerpo astral a través de los cuentos de Las Mil y Unas Noches. Las meditaciones las realizaba cuando estábamos dormidos, las prácticas las realizaba con nosotros. Jugaba a las muñecas con mi hermana Hypatía y conmigo, y a los carritos y canicas con mi hermano Osiris. Nuestro padre fue nuestro amigo y nuestro Maestro».

Relatado por Isis Gómez Garro de Maldonado, hija del V.M. Samael Aun Weor.


Y su otra hija, Hypatia, habló de su padre diciendo:


Mi padre no gustaba que nosotros, sus hijos, fuéramos a la escuela tan pequeños. Entonces él decidió enseñarnos a leer, a escribir, a sumar y restar en nuestra casa; por este motivo él se dedico a ser nuestro maestro y por ello colocó dentro de la casa un pequeño letrero que decía: “Escuelita Gómez”. De este modo nosotros los alumnos asistíamos a la escuela y él era nuestro maestro o profesor. Las clases comenzaban formalmente a las ocho de la mañana y nosotros asistíamos puntualmente.
Mi padre gustaba de salir los días domingos con la familia, es decir, con sus hijos, y disfrutar del campo, el aire fresco, etc., etc.


Relatado por la Dra. Hypatía Gómez de Lozano, hija del V.M. Samael Aun Weor.


A día de hoy sus hijos siguen hablando con cariño de su padre y de la importancia que daba al hogar, la familia y a que reinara una ambiente de armonía y dulzura.


A nosotros nos toca seguir el ejemplo. Es verdad que en estos tiempos el Ego está muy vivo en los seres humanos y en los hogares hay muchas discordias, y nos toca practicar la tolerancia y el perdón, y esto no es fácil, pero recuerde, querido lector, que no hay rosas sin espinas, y este es el Camino, la senda del Buen Dueño de Casa, y la senda del Matrimonio Perfecto.


FIN