Por: Valentín Márquez [AGEAC]


El V. M. Samael Aun Weor desde 1950 escribió más de 70 libros tratando de hacer entender a esta humanidad que la vida tiene un sentido trascendental lejos de los convencionalismos de la vida cotidiana.


Escribió todas sus obras sin pedir una sola moneda por ellas, regalando los derechos de autor a la humanidad. No recibió jamás ni un solo centavo ni por escribir sus obras ni por dictar sus cientos de conferencias. Escribió, razonó y luchó lo indecible por la dignidad humana para que todo ser humano tuviese una rica vida espiritual sin exigir nada a cambio, pasando penurias, dificultades, traiciones…


Me pregunto y le pregunto a usted, amable lector, ¿qué se le puede reprochar a alguien que dio sin pedir absolutamente nada a cambio, y además concediendo pleno derecho a todo el mundo de aceptar o no sus conocimientos?


Es curioso que los intelectuales de esta época hablen siempre de libertad intelectual y sean ellos mismos los que nunca aceptan conocimientos fuera de sus conceptos intelectuales.


Todas las obras del Maestro Samael son íntegras, profundas y terriblemente prácticas.


Cuando queremos decir íntegras queremos decir que abarcan la parte interna y externa de la vida, entrelazando lo espiritual con lo humano de una forma trascendental.


Cuando decimos profundas decimos que sus libros no se conforman con plasmar simples palabras insubstanciales donde se marea al pobre lector con mucha letra y poca realidad, sino que profundizan hasta las necesidades del alma que dignifican al ser humano.


Cuando decimos terriblemente prácticas estamos diciendo que cada una de sus obras nos pone en el terreno práctico de la vida para que cada uno de nosotros experimente por sí mismo las realidades que nos rodean.

Por tal motivo es lógico que una persona que únicamente lea intelectualmente las obras del V.M. Samael Aun Weor rechace sus obras, las vea sin lógica, las critique o no las entienda.


El intelecto es totalmente exterior y las obras del Maestro Samael son íntegras. El intelecto, al ser exterior, jamás puede ser profundo, se queda en la superficie, en las abstracciones y teorías. Y como bien dice el propio Maestro Samael: «La Gnosis vive en los hechos, se marchita en las teorías y muere en las abstracciones».

Aunque el mundo intelectual siempre habla de libertad intelectual, ellos son siempre los que a lo largo de la historia han chocado y criticado a los grades sabios de la historia.


¿Qué le pasó a un Galileo Galilei? Por poco no lo quemaron en la hoguera porque su sabiduría no coincidía con los intelectuales de la época.


¿Qué le ocurrió a Julio Verne? Que fue durante mucho tiempo la burla de muchos, tan solo porque sus visiones chocaban contra las formas intelectuales de la época.


¿Qué ocurrió con Louis Pasteur? ¿Cuántas veces fue discriminado y burlado por los intelectuales de la época antes de que se le aceptase la necesidad de desinfectar los instrumentos quirúrgicos?


Y así podemos mencionar una larguísima lista de grandes sabios de toda la historia que fueron rechazados por los intelectuales de la época. ¡La historia está por testigo!


Es lógico, es normal que los intelectuales no entiendan las obras del Maestro Samael. Todo conocimiento verdadero es siempre íntegro, profundo y práctico, y como hemos dicho, los intelectuales de cualquier época, y también los de ahora, jamás pueden ser profundos, ni prácticos, ni íntegros.


Los intelectuales de la época están confundiendo la verdad con los datos intelectuales, y esto está creando confusión mundial sobre los valores del alma.


Hoy día el ser humano confunde el amor con la dependencia, la ira con la justicia, la pereza con la felicidad, la codicia con ser un triunfador, etc.


La dependencia genera dolor y esclavitud, eso no es amor; la ira genera guerras, no es justicia; la pereza genera apatía y desidia, no es felicidad; la codicia genera grandes desequilibrios y conflictos, eso no es ser un triunfador, etc.


Al ser el intelecto totalmente exterior nos hemos acostumbrados a vivir exteriorizados y olvidados de nosotros mismos buscando fuera lo que solo podemos conseguir en nuestro interior.


Y al buscar los valores del alma donde nunca se pueden encontrar se está generando a lo largo del mundo una gran crisis de valores, conflictos y desconciertos jamás vistos.


Hoy día todo el mundo se está preguntando: ¿Qué está pasando? ¿Por qué tantas crisis sociales, económicas y de toda índole? ¿Por qué no sabemos vivir en paz?


Cada uno de nos casi cada día vemos a diario toda clase de atropellos, injusticias, insultos, pleitos, conflictos, amarguras, etc. Y nos preguntamos: ¿Esto es vivir? ¿Para esto vivimos?


No hay peor tortura que vivir y no saber para qué se vive y por qué se vive.


La Gnosis, con el único objetivo de llevarnos hacia nuestra propia realidad, es hoy por hoy una enseñanza real y verdadera para todo aquel auténtico buscador que no se conforma con lo que dicen otros y busca la experiencia directa de la Conciencia.


Con justa razón decía el V.M. Samael Aun Weor: «La Gnosis es una enseñanza cósmica que aspira a restaurar dentro de cada uno de nosotros la capacidad de vivir de una manera más consciente e inteligente».